miércoles, 24 de febrero de 2016

Hasta que la muerte nos separe

Lo que la fotografía ha unido, el hombre no debe separarlo.

Por eso los valores universales que regin la fotografía condenan con toda firmeza la maldita costumbre de hacer desaparecer a tu pareja o miembros de tu familia, familiares y amigos por separaciones, desavenencias, divorcios, disputas o desencuentros. Las imágenes fotográficas son más sagradas, más ciertas y más tangibles que los arrebatos de celos, odio, envidia y resentimiento.