lunes, 4 de mayo de 2015

Más vale fotografiar solo que mal acompañado

 La práctica de la fotografía profesional acostumbra a ser un trabajo de equipo. La fotografía de aficionado, en cambio,  suele ser una práctica solitaria. Por eso los fotógrafos amateurs solemos ser tan malos compañeros de viaje y acostumbramos a sentirnos incómodos por la presencia de amigos y familiares que perturban nuestro interés por la fotografía. Por otra parte la “fotomanía” enturbia las relaciones entre compañeros de viaje o de eventos que no desean que las actividades lúdicas se transformen en un acto fotográfico permanente.