lunes, 18 de agosto de 2014

Fotografiando orines (o casi)

Hacía las 12 de la mañana paseo por los alrededores del Parque de la Ciudadela de Barcelona. Observo que sale de un portal una mujer de unos 35 años, pelirroja, y vestida con bata de estar por casa entreabierta que deja ver unas piernas más bien delgadas. Mi ojo clínico se fija en...lo que lleva en su huesuda mano derecha; un bote de orina oscura medio lleno o medio vacío que pasea con cierta ostentación y con una sonrisa de oreja a oreja. Me pregunto si se quitará la bata de un momento a otro o tal vez le tiré la supuesta orina al primer desgraciado o desgraciada que pase. Por si acaso me aparto prudentemente y saco de mi bolso mi cámara de bolsillo. No sean mal pensados. La señora entró en una tienda de veterinaria que había a dos calles de su casa. Y ahí se acaba la historia. Adivinar si se trata de orina de perro o de gato es asunto suyo.