martes, 23 de abril de 2013

Sin amor

Sandra se levantó más o menos bien. Pero ni su excelente salud y una buena o aceptable situación socioeconómica le hacían ser feliz.

Sentía un profundo vacío, un sentimiento y un resquemor que le agobiaba, le asfixiaba y le machacaba. En los días laborales el malestar se difuminaba. Pero en los fines de semana y los festivos el malestar y el desasosiego se exacerbaban. El descanso laboral se tiñe del dolor que provoca el estrés emocional. Las noches acostumbran a ser una experiencia desoladora. Resulta inevitable recordar cuando dormía acompañada, cuando hacía el amor ¡Qué tiempos aquellos! ¡Tal vez no regresen jamás!