sábado, 17 de noviembre de 2012

Negra, microrrelato erótico

Hay pintadas saturadas de deseo y de ternura. Seguramente su autor evoca con nostalgia y tristeza el tiempo que pasó con alguna mujer de color. Tal vez una mulata caribeña. A lo mejor una zamba peruana. Quien sabe. Imposible clarificar por qué se dejaron de amar. ¿Qué fuerza los separó? Seguramente al escribir la letra a tan alargada recordó su primer beso. Fue apenás un leve roce de labios. Pero le supo mejor que muchos orgasmos. La n tan voluptuosa era casi igual que sus senos de chocolate coronados por enormes pezones. La g era larga y esbelta como aquellas piernas que tanto admiraba y que nunca se cansaba de besar antes de lamerle un sexo oscuro y ardiente que siempre pedía más y más placer. La r era una cima y un valle y le recordaba simultáneamente a una boca, una vagina y un trasero que conoció biblícamente de forma gloriosa y placentera. La e estaba cargada de esperanza. Tal vez volvieran a reencontrase más pronto que tarde.