domingo, 15 de abril de 2012

Maneras de trabajar

Las apariencias engañan. A pesar  de estar cómodamente tumbado tomando el sol este can está trabajando duramente. Su amenazadora presencia amedrenta a posibles amigos de los ajeno en la peluquería de su dueña y jefa. El perrito no tiene contrato. Pero tampoco trabaja por amor al arte. Su propietaria la recompensa con pienso, arroz con carne, afectos, paseos y juguetes para perros. El animal no pierde el tiempo tomando café, ni leyendo el diario. Pero de vez en cuando se pega una siestecita. Sin embargo su oído y su fino olfato están pendientes de cualquier peligro. Él también nota la crisis. Sus pelotas, huesos de juguete y su colchón necesitan una renovación. Pero estamos en medio de una crisis y es lo que hay.