domingo, 22 de mayo de 2011

Midnight in Paris


Quien más quien menos no acaba de sentirse a gusto con su trabajo, su ciudad, su pareja o su vida en general. Woody Allen nos convida a un doble viaje al París de Sarkozy con la primera dama haciendo de guía turística y al París de entreguerras con Picasso, Dalí, Hemingway, Gerturde Stein, Scott Fitzgerald, Buñuel, Matisse y algún otro que me olvido. Allen nos invita a un París moderno y antiguo doblemente idealizado, en el que intelectuales, artistas, adinerados y viajeros norteamericanos se mezclan en un potaje de turismo de tarjeta postal, viajes en el tiempo y unos diálogos aderezados de la sarcástica ironía de cineasta neoyorkino.
Yo también me siento más o menos insatisfecho e inquieto como el protagonista. A veces sueño con un viaje en el tiempo a la “Ciudad de los Prodigios”. No dejo de idealizar la Barcelona entre las exposiciones universales de 1888 y 1929. La urbe que describe Eduardo Mendoza es tan convulsa y compleja como la de nuestros días. Pero a través de la literatura y del cine idealizamos momentos y épocas históricas que tuvieron sus más y sus menos. Los felices años 20 acabaron con el crack del 29. No sé cómo acabará todo esto. Espero que más o menos bien.
No dejen de ver esta película en pantalla grande y particularmente bien acompañados. La broma puede salirle cara. Una cosa lleva a la otra y un viajecito a París sale bastante caro. Pero es un recuerdo inolvidable.