lunes, 20 de septiembre de 2010

Atrévete a escribir una carta de amor

De vez en cuando es necesario reescribir un email de amor. El autor se queda muy descansado y el destinario o lo agradece o rompe para siempre. Mi último email le impresionó. Nunca le habían escrito cosas así. Dijo que no debería morirme nunca. Me va a costar mucho escribir algo parecido. Pero lo intentaré. Si he de morir que sea en sus brazos. Si por azar consigo el don de la inmortalidad me gustaría compartirlo con ella. El desamor, la soledad y la falta de afecto me derrotan. Trato de ahuyentar la tristeza escribiendo cosas que me ayuden a soportar mi dolor. De vez en cuando escribo algo que vale la pena. En bastantes ocasiones consigo que la escritura me libere de este inmenso vacío. Me siento atrapado por las mandíbulas de la historia. El estrés del presente me agobia. El futuro me da terror. No sé si sabré enfrentarme a la soledad, al dolor y a la muerte.

Querida amiga:

"Te quiero más que a la verdad, a la vida o al honor. Las horas que paso sin ti, sí que son horas perdidas. Tu corazón estará siempre junto a mí, y tus labios en los míosEl prisionero de Zenda.

Me gusta recordar los buenos momentos que hemos tenido; ahí van algunas cosas:

Cuando me telefoneas me estremezco. Tu voz es maravillosa. Es el “Puctum” que te hace tan especial. Hablar contigo es como recibir una dosis de aire puro. Tus cuerdas vocales tienen la resonancia del mejor instrumento musical.
Verte es lo más maravilloso y esperanzador que mis ojos cansados, miopes y con retinopatía hipertensiva pueden admirar. Tu retrato ilumina como una antorcha olímpica la gélida soledad de mi estudio.
Quedar contigo es entrar en un mundo de magia e ilusión. Me siento como Alicia en el país de las maravillas, o como Judy Garland en el Mago de Oz. Eres una maravillosa caja de sorpresas que muestra la dulzura, la ternura, el amor y el placer más grande que he disfrutado.
¿Qué puede compararse a tener una cita contigo? Hablar, comer, pasear, ir al cine, hacer el amor.
Sabes que lo eres todo para mí.
Sinceramente tuyo, José Manuel Torres